Probablemente no has escuchado hablar mucho sobre Hans Geiger (1882-1945), un físico alemán particularmente famoso por la creación del primer detector de radiación y del experimento que hizo posible el modelo atómico de Rutherford. Y es que sin sus aportes, el avance científico hubiese sufrido un estancamiento importante. Por esta razón, ¡no puedes perderte la biografía de Hans Geiger!
Biografía de Hans Geiger resumen
Carrera científica
Hans Geiger nació en una gran ciudad alemana de nombre Neustadt an der Weinstraße el 30 de septiembre de 1882. No tenía una familia numerosa, puesto que sólo constaba de su padre, Wilhelm Ludwig Geiger, su madre, Marie Plochmann y su hermano, Rudolf. Como los hijos de un orientalista conocido por sus estudios sobre la cultura y la lengua indo-iraní, los pequeños tuvieron a la ciencia presente en sus vidas desde que nacieron.
Teniendo en cuenta esto, quizá no sea mucha casualidad que ambos hermanos mostraran gran pasión hacia alguna rama de la ciencia: Hans en la física y Rudolf en la climatología.
El padre de Hans era profesor en la Universidad de Erlangen, en donde el joven cursó sus estudios de física y matemáticas, doctorándose en 1906. En aquel tiempo, las investigaciones sobre las propiedades de los gases estaba en boga entre los científicos debido al misterio de los rayos catódicos. Por esta razón, Hans decidió que su tesis trataría sobre la conducción de las descargas eléctricas a través de los mismos.
Gracias a este trabajo, Hans Geiger pudo recibir una beca para la Universidad de Manchester. Allí fungió como ayudante de laboratorio y pupilo de sir Arthur Schuster, quien se jubiló un año más tarde para ser sucedido por el reconocido físico Ernest Rutherford. Su nuevo tutor ya había hecho importantes aportaciones en la radioactividad, por lo que pretendía continuar con sus investigaciones junto a Hans y el resto de sus estudiantes.
El experimento de Geiger-Marsden
Esta área de estudio, a la mano del gran Rutherford, le daría a Geiger la oportunidad de aportar su nombre e ideas a experimentos y bases teóricas que pasarían a la historia. Tal es el caso de la Ley de Geiger-Nuttall (1911), que formuló junto a su colega John Mitchell Nuttall, y con la que se puede calcular la vida media de los nucleidos inestables. Asimismo, este brillante y joven científico diseñó y construyó —con ayuda de su tutor— un aparato capaz de detectar las partículas alfa, que llamó «el contador Geiger».
En 1908, Hans Geiger realiza, junto a Ernest Marsden, un trabajo que les haría famosos dentro del mundo científico: el experimento de Geiger-Marsden o bien, el de «la lámina de oro». Éste consistía en bombardear con partículas alfa una lámina de oro lo suficiente delgada como para atravesarla. El objetivo de dicho experimento era estudiar la dispersión de los electrones en los átomos de oro mediante la desviación de las partículas. Sin embargo, dieron con algo mucho más impresionante:
Una buena parte de las partículas alfa atravesaba sin problema alguno la lámina de oro, pero un pequeño porcentaje parecían ser desviadas por la lámina. Tanto a Geiger como a Marsden les daba la impresión de que éstas, por alguna razón, «rebotaban» contra los átomos de oro. No esperaron para llamar a su tutor para que viera lo ocurrido. Al examinar los resultados con fascinación, Rutherford aseguró que era algo «tan insólito como esperar que una hoja de papel desvíe una bala de cañón».
Claramente, el modelo atómico de Rutherford tenía varios fallos teóricos —como la pérdida de energía y la atracción entre cargas opuestas—. Pero la mayor parte de su diseño fue aceptada por la comunidad científica después de algunos arreglos por parte de Niels Bohr (uno de los compañeros de laboratorio de Geiger). De esta manera, surgió el modelo atómico de Bohr; el más conocido de todos, aunque no el más exacto.
Hans Geiger: entre dos guerras mundiales
Hans Geiger viajó a Berlín, a su natal Alemania, para ocupar el puesto de jefe de investigación de radiación en el Instituto Nacional Alemán de Ciencia y Tecnología. En este lugar, tuvo la oportunidad de trabajar con otros dos futuros nobeles de la física: Walther Bothe y James Chadwick, antiguo compañero de laboratorio. No obstante, su investigación fue interrumpida por la Primera Guerra Mundial, para la que tuvo que prestar sus servicios.
A pesar de sus grandes resultados, Hans Geiger sabía que a su dispositivo de medición le hacía falta alguna mejoras —comenzando por el sensor—. Así es como, 1928, en conjunto con su estudiante Walther Müller, crea el tubo de Geiger-Müller. El diseño de este tubo permitía al contador detectar —además de las alfa— las partículas beta y gamma.
Al año siguiente, Hans Geiger es galardonado con la Medalla Hughes «en reconocimiento a sus aportes en las ciencias físicas dentro de los campos de la electricidad y el magnetismo». Poco después, se empezó a sentir atraído hacia los rayos cósmicos, la radiación artificial y la fisión nuclear.
Fueron sus ideales científicos —más que los políticos— los que le llevaron a hacerse miembro del Club de Uranio en 1939. Esta organización estaba al mando de una investigación científica alemana de armas nucleares con la finalidad de usarlas durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el proyecto fue abandonado y el grupo disuelto en 1942, creyendo erróneamente que estas investigaciones no serían de mucha utilidad bélica.
Terminada la guerra, Hans Geiger, muere a sus 62 años en la ciudad alemana de Potsdam, dos meses después de que estallara la primera bomba nuclear en Hiroshima, Japón.
Para mostrarte de forma mucho más detallada el funcionamiento del contador de Geiger, hemos traído para ti este vídeo:
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