Jack Ma Yun (nacido el 10 de septiembre de 1964) es un magnate de negocios, inversor y filántropo. Fundador de la compañía Alibaba Group, empresa que creó el portal web Alibaba.com, que es considerado como el mercado en línea más grande del mundo para el comercio global y nacional de China. Es un hombre que arriesgó y falló en grande, pero que nunca se rindió. ¡Entérate en esta biografía de Jack Ma cómo este emprendedor pudo llegar a ser catalogado en la revista Forbes como el hombre más rico de China!
Biografía de Jack Ma resumen
Índice
Un comienzo poco prometedor
Nació en Hangzhou, provincia de Zhejiang (China), el 10 de septiembre de 1964. Se podría pensar que por estar hablando de un personaje de este calibre, sería una persona con un desarrollo intelectual dotado y con habilidades prodigiosas; sin embargo, esa definición sobre él estaba muy lejos de la realidad. Jack Ma nunca fue buen estudiante, y no poseía alguna habilidad innata que lo destacara del resto; de hecho, las matemáticas representaban un reto para él y le costó muchísimo terminar sus estudios primarios y secundarios. Fue una persona de origen humilde que nunca tuvo grandes facilidades económicas, ni influencias que lo ayudaran.
A nuestro personaje le costó tres años entrar en la universidad, ya que los exámenes de ingreso chinos se llevaban a cabo una vez al año y Jack Ma reprobó los dos primeros. Por si eso no fuera poco, más adelante en su vida, intentaría postularse para 30 trabajos distintos, de los cuales, sería rechazado de cada uno de ellos. «Cuando KFC llegó a mi ciudad, 24 personas se postularon para el trabajo; 23 personas fueron aceptadas, y yo fui el único rechazado» solía decir este carismático hombre en una entrevista de televisión con una sonrisa de oreja a oreja.
Finalmente y para agregar la cereza al pastel, Jack Ma no tuvo pudor para disponerse a cursar estudios en Harvard; sin embargo, la casa de estudio agregó otro rechazo a la lista de este desafortunado hombre, ya que se negaron a ofrecerle la oportunidad de estudio, y no una vez, sino 10 veces, pues resulta que Jack Ma no carecía de perseverancia como para estar dispuesto a mandar su solicitud por más rechazos que tuviera.
Toda esta lluvia de trabas lucía interminable, parecía que nuestro protagonista estaba destinado al fracaso y a que todo le saliera mal; sin embargo, él siempre mantuvo un espíritu de autosuperación y perseverancia; y no solo eso, pues para él, no todos los aspectos de su vida eran fracasos, ya que sabía que había algo que sí se le daba bien y que constituiría una pasión que siempre lo impulsaría hacia adelante: el inglés.
«Cuando tenía doce años de edad, estaba interesado en aprender inglés. Durante ocho años, montaba mi bicicleta por cuarenta minutos cada mañana (lloviera o nevara) hacia un hotel que estaba alrededor de cien millas de Shanghái. Para ese entonces, un montón de turistas extranjeros venían aquí a China. Yo hacía de guía gratuita para ellos y practicaba mi inglés.
»Esos ocho años me cambiaron profundamente. Comencé a globalizarme más que la mayoría de los chinos. Lo que aprendí de los profesores y libros fue muy diferente de lo que me enseñaron los visitantes extranjeros». A Jack Ma le encantaban los forasteros y lo mucho que podía aprender de sus vidas en sus países de origen.
Cuando Jack Ma fue a presentar por tercera vez su examen de admisión a la universidad, fue aceptado por lo que era considerado la peor universidad de la ciudad: La Hangzhou Teacher’s Institute (actualmente conocida como Hangzhou Normal University). Una victoria algo amarga; pero a la que Jack Ma no le dio importancia, al fin y al cabo, estaba a punto de empezar sus estudios de inglés a nivel universitario, una idea que simplemente le fascinaba. «Mi universidad se consideraba de tercera o cuarta categoría, pero para mí, siempre será la mejor universidad, mucho mejor que Harvard», solía decir al frente de un gran público en una conferencia.
Nuestro emprendedor nos demuestra que puede que las universidades mejor clasificadas y con más reputación sean instituciones magníficas, pero que muchas veces eso no es lo importante. Lo que realmente vale es: saber cuál es nuestra pasión y dónde nosotros creemos que podemos explotarla. Jack Ma sabía que podía explotar su potencial en esa universidad, independientemente de que no fuera la mejor del mundo. La universidad muchas veces no forja al estudiante, el estudiante se forja así mismo y la universidad le da el impulso para hacerlo.
Jack Ma estaba estudiando para ser maestro de inglés de secundaria, entrando a los veinte años en 1984. Durante este trayecto universitario, conocería a quien sería su futura esposa, Zhang Ying, con quien tendría un hijo y una hija. Además, sería seleccionado también como presidente estudiantil, para luego convertirse en presidente de la federación de estudiantes de la ciudad.
Cuatro años después, en 1988, llegó el momento de su graduación. Para su sorpresa, fue el único de los quinientos estudiantes que fue asignado para dar clases en una universidad. Su pasión por el inglés hizo que su talento en el área fuera notable. Se convirtió entonces en profesor de inglés en el Hangzhou Electronics Technology College, una universidad donde la paga que recibía era de 12 a 15 dólares al mes; sin embargo, era feliz porque aunque la remuneración era muy baja, él ponía toda su energía en ello. De hecho, sus alumnos lo veían como el mejor maestro de la universidad.
A pesar de que Jack Ma tenía una perseverancia y pasión desbordantes, no siempre todo era de color de rosa; «fue muy difícil para mí en ese momento, había ocasiones en las que estaba muy frustrado, porque mi paga cuando estaba en la universidad era muy baja, no era fácil, pero creía que algo me esperaba ahí y tuve que trabajar duro para probármelo a mí mismo».
Estas palabras nos demuestran que es totalmente normal estar desmotivado, no siempre se tendrá la convicción de seguir adelante; sin embargo, lo importante realmente es tener la disciplina de seguir luchando por eso que sabes es lo correcto. El ser humano no es de acero, solo tiene que aprender a lidiar con las abolladuras.
El inglés de Jack Ma y los amigos extranjeros que hacía, sería lo que le impulsaría a tener una visión global de las cosas. «Un evento que fundamentalmente me cambió fue en 1979, cuando conocí a una familia de Australia. Nos reuníamos y pasábamos tres días juntos jugando al frisbee. Nos volvimos amigos por correspondencia. En 1985, ellos me invitaron a ir a Australia para unas vacaciones de verano. Fui en julio, y esos 31 días cambiaron mi vida. Fui educado para creer que China era el país más rico y feliz del mundo, yo creía eso antes de dejarlo, pero en el momento que llegué a Australia, me di cuenta que todo era muy diferente a como me lo habían dicho. De ahí en adelante, fue cuando empecé a pensar diferente, de una manera más global».
Después de cinco años trabajando en esta universidad, Jack Ma decide dejar su trabajo como profesor. «Todo lo que enseñaba a mis estudiantes eran cosas que aprendí de los libros, quería pasar más tiempo en la práctica, aprendiendo a distinguir entre lo que era cierto o real y lo que no lo era. Decidí pasar diez años estableciendo una compañía. Me dije a mí mismo que: ganara o perdiera, regresaría al salón de clases con una mejor comprensión de lo que estaba haciendo».
Jack Ma quería salir allá afuera y aprender algo que no se encuentre tan fácilmente en una biblioteca, de esa manera tendría algo más vivo que poder enseñarle a los jóvenes. Esta idea le daría un giro a su vida.
Jack Ma pasa de ser profesor a ser un hombre de negocios excepcional
En 1994, nuestro personaje se da cuenta de que hay una necesidad por la traducción, puesto que sus amigos venían constantemente hacia él pidiéndole que les tradujera ciertos textos. Al principio, lo hacía en su tiempo libre; pero luego tuvo que empezar a contratar gente. Así es como decide recorrer su propio camino y fundar su primera compañía: la Haibo Translation Agency, que proveía traducción e interpretación de inglés. Fue la primera empresa de este tipo establecida en su ciudad y la había creado con el motivo de poder llegar a ser un mejor profesor.
Jack Ma sentía que estaba proporcionando un tipo de servicio público; sin embargo, al principio, su compañía estaba perdiendo un montón de dinero y sus empleados estaban empezando a vacilar en la idea de trabajar para la empresa. Ante esto, nuestro empresario decidió perseverar, pues tenía la visión de donde quería estar. Comenzó a ir a la calle a vender todo tipo de cosas, lo que sea que diera algo de beneficios: flores, libros, ropa ¡y hasta linternas! Estaba dispuesto a generar su resultado deseado.
Su comercio improvisado le ayudó a suplementar los ingresos de su compañía durante su período temprano y rocoso. El carácter y personalidad de Jack Ma jugó a su favor en este momento, ya que sus trabajadores lo respetaban tremendamente, pues siempre tenía una gran habilidad de motivar a la gente. Todos los que lo rodeaban podían sentir la pasión hacia la vida que él transmitía, y ese pequeño factor fue lo que le dio fuerza a su compañía.
Un secuestro que generaría beneficios
Para el año 1995 , nuestro protagonista estaría nada más ni nada menos que en Estados Unidos; pero no muy cómodo, pues se encontraría en una habitación encerrada con llave, con hambre y ciertamente muy estresado y frustrado. «Estaba como en una especie de película de Hollywood al estilo americano. Fui secuestrado por una especie de mafia. Cuando escapé, hasta dejé mi maleta atrás. Todavía debe estar allí en alguna parte».
Resulta que para ese mismo año, la empresa de Jack Ma había comenzado a generar beneficios de manera natural y también estaba pasando a ser conocido como uno de los mejores traductores de la ciudad. Gracias a esta reputación, el gobierno municipal de su ciudad (Hangzhou), lo contrató como intérprete y mediador para una charla de negocios acerca de la construcción de una autopista.
Las negociaciones estaban teniendo problemas y, para solucionarlos, Jack Ma tuvo que ir a Estados Unidos como delegado mediador; pero no fue solo, sino que lo acompañaba un representante americano el cual se refería a sí mismo como «un canal de comunicación para solucionar el problema».
Cuando llegaron a Estados Unidos, pasaron por Las Vegas y pasado un tiempo se hospedaron en una habitación. De un momento a otro, este «representante» pasaría a apuntar a nuestro personaje con una pistola, pues, para sorpresa de todos (hasta del pobre Jack Ma), este supuesto hombre resultó ser un estafador internacional.
El estafador intentó persuadir a Jack Ma de trabajar para él como socio, ofreciéndole un salario de cien mil dólares al año. Nuestro emprendedor se negó a la oferta y por está razón, el hombre armado decidió dejarlo encerrado en su habitación hasta que cambiara de opinión.
En este momento Jack Ma tenía pocas opciones, pero sabía que no podía durar encerrado allí para siempre. Llamó a su secuestrador, y le dijo que estaba dispuesto a trabajar con él. «Si quieres que trabaje en tu nombre, entonces los términos deben de ser mejorados; quiero que inviertas en otro negocio que es de mi propiedad».
En ese momento, le comentó acerca de sus supuestos planes para el desarrollo de un sitio web. Para ese entonces, el Internet apenas estaba comenzando a surgir en Estados Unidos. La gente sabía poco acerca de él, pero se escuchaba decir que era el futuro. Gracias a los contactos que poseía Jack Ma, tenía una vaga idea de lo que era, pero sabía que esa propuesta sería algo a lo que su raptor no podría evitar tener cierto interés.
Cuando el hombre armado escuchó la propuesta de Jack Ma, parecía tener poca idea de lo que era este concepto de alta tecnología que le estaban proponiendo; sin embargo, aceptó y accedió quitar el seguro a la habitación de Jack Ma. Al fin y al cabo, era su nuevo socio de negocios.
Una vez liberado, nuestro personaje principal no lo pensó dos veces: Esperó a que su «socio» se distrajera y dejó el hotel sin siquiera molestarse en coger su maleta.
Después de todo lo ocurrido, mientras nuestro emprendedor estaba alejándose lo más que podía del lugar para evitar tener un reencuentro con su antiguo socio y terminar quizás tirado en alguna fosa alejada de la ciudad, Jack Ma decidió tomar un vuelo a Seattle en lugar de uno de regreso a Hangzhou. Parece que a fin de cuentas, no le pareció tan alocada la idea que le planteó a su secuestrador, pues se dirigiría allí con el objetivo de encontrar un pequeño proveedor de Internet llamado VBN, de cuyos jóvenes trabajadores había escuchado.
Sus amigos de VBN le mostraron el Internet allí por primera vez a Jack Ma. «Fue realmente emocionante poder acceder a la vanguardia de toda esa tecnología» solía decir al contar esta historia. Lo pusieron enfrente de una computadora con un buscador y le dijeron : «escribe algo allí» , él escribió «cerveza». Los resultados arrojaron: cerveza alemana, cerveza americana, cerveza japonesa… pero ninguna cerveza china apareció en los resultados. De hecho, intentó buscar la palabra «chino» y el resultado fue «no data».
Después de haber vivido esta experiencia, Jack Ma sabía que había encontrado una gran oportunidad, ya que no existía ninguna página web china en «Internet», esa palabra que estaba empezando a sonar vagamente por todos lados y que decían traería consigo un gran cambio. Todo esto, y el hecho de haberlo usado, tocado y experimentado de primera mano, hizo que comenzara a desarrollar la idea de iniciar una compañía en China que estuviera relacionada con la web.
Evidentemente, Jack Ma era esencialmente un analfabeta acerca de la red; sin embargo, tuvo la visión para observar esta tendencia del momento y atreverse a apostar por ella, pues su instinto le decía que «Internet» cambiaría al mundo, y él quería ser parte de eso.
Nuestro visionario haría su primera página web en los Estados Unidos, no en China. Fue una página extremadamente primitiva para su empresa Haibo, donde puso los precios de sus traducciones y su número de teléfono. Fue hecha en un día y para la misma noche de haberla lanzado, recibió cinco e-mails. Esto lo entusiasmó demasiado y sería lo que le haría permanecer fiel a su sueño.
Un regreso con una visión de futuro
Cuando Jack Ma puso un pie sobre su país natal, no pasó mucho tiempo para que tomara el dinero de sus ahorros y le pidiera prestado a su hermana, su cuñado, sus padres y otros parientes para recaudar un total de más de dos mil dólares para iniciar su compañía. «Invité 24 amigos a una reunión para que se unieran a mi proyecto, 23 estuvieron en contra y me dijeron que era una idea estúpida «no hemos escuchado nada sobre ese supuesto Internet que nos mencionas y además, no sabes nada acerca de computadoras», fue lo que me dijeron».
En China, la mayoría de personas no tenía idea de lo que era Internet, por esa misma razón, las personas se mostraban escépticas ante la propuesta de Jack Ma, quien pese a la fuerte oposición que encontró, decidió seguir adelante, pues pensaba que el éxito no se medía en resultados, sino en la propia experiencia de hacer algo que realmente valiera la pena. «Sal allí afuera e inténtalo… si no funciona, tú siempre puedes retirarte. Pero si piensas un montón de ideas en la noche, y luego en la mañana sigues caminando por el mismo camino, nunca llegarás a ningún lado. Nunca crecerás», solía decir en una entrevista para justificar su decisión de intentarlo.
En abril de 1995, en su ciudad Hangzhou, Jack Ma iniciaría la China Yellow Pages, un portal web que vendría a ser como las conocidas páginas amarillas, donde se aglutinaba todo un directorio de negocios chinos. Pese a su entusiasmo, persistencia y visión, nuestro hombre negocios no podría impedir que esta empresa terminara en un fracaso total. Su sueño pareció no llegar tan lejos y su apuesta pareció jugarle en su contra.
A pesar de lo sucedido, lo interesante de todo esto es que gracias a que el fracaso ha sido un «amigo» muy oportuno a lo largo de toda su vida, Jack Ma desarrolló una manera diferente de verlo. Él sabía que ese fracaso le había dado la experiencia que tanto le faltaba para poder alcanzar el resultado que había estado buscando.
Años más tarde, en 1999, nuestro personaje reuniría a 18 personas en su apartamento y les hablaría alrededor de dos horas sobre su nueva visión de crear una página web llamada Alibaba, una especie de Amazon chino, que serviría de escaparate para que los negocios pudieran presentar sus productos sin necesidad de contar con su propia página web. A los integrantes del proyecto les gustó la idea y pusieron su dinero sobre la mesa, reuniendo un total de $60.000 para iniciar la compañía. Esta empresa que crearía la web se llamaría Alibaba Group, y llegaría a tener un éxito rotundo, llegando a ser una de las mejores páginas chinas existentes.
«Hay tres razones por las cuales sobrevivimos: no teníamos dinero, no teníamos tecnología y no teníamos un plan. Por esa misma razón, cada dólar lo usamos cuidadosamente»; de hecho, las oficinas de Alibaba Group fueron abiertas en el apartamento de Jack Ma y durante su trayecto al éxito tuvieron que despedir gente, hubo momentos en donde el dinero se les estaba acabando y no estaban generando beneficios. Durante más de 3 años no tuvieron ni un sólo dólar de ingreso, fue gracias a las rondas de financiación a favor de su idea por lo que pudieron sobrevivir.
Lo que hizo que este hombre pudiera salir del agua y tomar un poco de oxígeno después de todo lo que pasó, fue su estrategia de siempre tener un equipo valioso, y poner la innovación, calidad y visión necesaria. «Chicos, tenemos que trabajar duro, no por nosotros, sino porque si tenemos éxito en las condiciones en las que nos encontramos, el 80% de los jóvenes en China también pueden tenerlo» le solía decir a su equipo para ponerlos manos a la obra. Es evidente que Jack Ma no quería tener éxito para él meramente, sino para demostrarle a la juventud que ellos también podían tenerlo.
Hoy en día, el portal web de nuestro emprendedor tiene más de 500 millones de usuarios. ¡Piénsalo!, si tan sólo el 1% de ellos pensará que su página no sirve, serían 5 millones de personas las que generarían la crítica.
Finalmente y para concluir, si hay algo que nos enseña la vida de este hombre excepcional es que no es coincidencia que uno de los hombres más ricos del mundo haya pasado también a estar entre los hombres con más fracasos durante su lucha por la cima. Si hay algo que podemos extraer de sus experiencias, es que ciertamente no son nuestras condiciones las que determinan nuestro destino, sino nuestras decisiones. Jack Ma siempre decidió seguir adelante, la pregunta que queda en el aire es : ¿está usted también dispuesto a hacerlo amigo lector?
Si la respuesta es afirmativa, aquí tienes un vídeo para empezar:
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