A través de la protesta no violenta, Mahatma Gandhi (1869-1948) encabezó una revolución que llevó a la independencia de la India. Debido a su intachable ética política y a su ideología de la paz, su figura inspiró a movimientos a favor de los derechos civiles y la libertad alrededor del mundo. En la biografía de Mahatma Gandhi conocerás la historia de un individuo cuya lucha por el bienestar humano estableció la desobediencia civil como un arma contra los abusos y la injusticia.
Biografía de Mahatma Gandhi resumen
Índice
Estudiante de leyes
Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de octubre de 1869 en la península de Kathiawar, ubicada en la India. Fue el cuarto hijo entre Karamchand Gandhi, un importante líder político de la época, y Putlibai, una mujer sumamente religiosa. Sus padres criaron al menor de sus hijos en la ciudad costera de Porbandar, en donde el pequeño demostró ser un estudiante excepcional. Durante la adolescencia, el joven Gandhi tuvo que mantenerse firme para rechazar tentaciones como el cigarrillo y el alcohol.
Cuando Mahatma Gandhi cumplió los 18 años de edad, utilizó los ahorros de su familia para viajar a Londres a estudiar leyes. Gracias a sus excelentes capacidades como estudiante, el joven culminó la carrera en apenas 3 años y volvió a la India en 1891. Al regresar, se enteró de que su madre había muerto algunas semanas atrás. Para empeorar la situación, su timidez le jugó en contra durante sus primeros casos como abogado.
Mahatma Gandhi contra el racismo
En vista de sus malos resultados profesionales en la India, Mahatma Gandhi obtuvo un contrato para trabajar como abogado en Sudáfrica. Sin dudarlo, partió hacia la provincia de Natal en abril de 1893. Gandhi, quien había sido criado bajo la doctrina hindú del jainismo y adoraba al dios Visnú, utilizó sus años en territorio sudafricano para estudiar las religiones del mundo. Se sumergió en textos sagrados hinduistas y adoptó una vida austera basada en el ayuno, el celibato y el rechazo a los bienes materiales.
A nivel ideológico, Mahatma Gandhi se encontraba completamente en desacuerdo con el nivel de discriminación y segregación racial que se podía observar en Sudáfrica por parte de las autoridades afrikáneres y británicas. La situación alcanzó su punto de quiebre en junio de 1893, cuando un policía le exigió a Gandhi trasladarse a la parte trasera de un tren porque a un hombre blanco le molestaba su presencia. El indio se negó a obedecer y fue expulsado del vehículo.
El acto de desobediencia civil y su posterior expulsión del tren despertó en Mahatma Gandhi la motivación de eliminar para siempre la discriminación racial. Decidido a acabar con lo que consideraba una enfermedad, contactó a distintos líderes indios de la época para formar el Congreso Indio de Natal en 1894. Aunque su contrato establecía que debía volver a la India, sus compañeros convencieron a Gandhi de quedarse en Sudáfrica a luchar por la igualdad.
Victoria en Sudáfrica
En 1906, Mahatma Gandhi dio inicio a la que sería su primera campaña de desobediencia civil. El movimiento, conocido como satyagraha (‘la firme verdad’), dio pie a protestas en contra de nuevas restricciones impuestas por el gobierno sudafricano a los indios. Durante los próximos años, las autoridades encarcelaron a cientos de ciudadanos que alzaban su voz contra leyes que buscaban segregar a los inmigrantes y limitaban claramente sus libertades civiles.
Debido a que las protestas de los grupos liderados por Mahatma Gandhi no eran violentas ni destructivas, distintos ciudadanos británicos y mestizos comenzaron a simpatizar con su causa. Ante la presión popular, el gobierno de Sudáfrica dio inicio a una serie de negociaciones con Gandhi. Los acuerdos producidos tras estos encuentros retiraron el cobro de impuestos especiales a los indios y eliminaron las leyes que tachaban de inválidos los matrimonios hindúes.
La protesta pacífica de Mahatma Gandhi
Tras haber alcanzado resultados positivos a nivel político en Sudáfrica, Mahatma Gandhi decidió regresar a casa en 1914. Dedicó sus próximos años en la India a conectarse nuevamente con sus raíces más religiosas. Mientras el planeta atravesaba la Primera Guerra Mundial, Gandhi se dedicó a predicar palabras de paz en distintas ciudades de su país, lo que le otorgó popularidad como activista social. A partir de estos actos, recibió el nombre de Mahatma (‘gran alma’).
El final de la Primera Guerra Mundial llevó a las autoridades británicas a intensificar las medidas de seguridad para prevenir una rebelión en la India. Cuando el gobierno autorizó el encarcelamiento de los sospechosos de rebeldía sin someterlos a un juicio previo, la indignación invadió nuevamente a Mahatma Gandhi. Siguió un patrón similar al que había aplicado en Sudáfrica y organizó un nuevo satyagraha. Por desgracia, la protesta tuvo un final sangriento cuando oficiales británicos masacraron a 400 protestantes en 1919.
La respuesta innecesariamente violenta de las autoridades inglesas llevó a algunos ciudadanos y oficiales a oponerse al gobierno británico. Mahatma Gandhi intensificó el llamado a las protestas e incitó a los indios a dejar de pagar impuestos y de comprar productos fabricados en Inglaterra. El enorme empuje de su rebelión llevó a Gandhi a ser nombrado líder del Congreso Nacional Indio en 1922. Sin embargo, fue encarcelado por sus actos rebeldes ese mismo año.
La marcha de la sal
Cuando Mahatma Gandhi enfermó de apendicitis, las autoridades temían que su muerte originara una nueva rebelión. Para permitirle recuperarse, el gobierno decidió ponerlo en libertad en 1924. Al salir de la cárcel, Gandhi descubrió que se estaban produciendo disputas entre ciudadanos hindúes y musulmanes a lo largo del país. Durante los próximos años, se mantuvo alejado de la vida pública con la intención de recuperarse y elevar su estado espiritual.
En 1930, Mahatma Gandhi regresó a la política cuando el gobierno lanzó un decreto que le prohibía a los indios vender o recolectar sal. Al tratarse de un elemento clave en la dieta de los ciudadanos y la principal fuente de comercio en el país, las prohibiciones respecto a la sal afectaban severamente a los más pobres. En respuesta, Gandhi organizó la marcha de la sal, una protesta que convocó a miles de indios a caminar juntos hacia las costas del mar Arábigo.
Para cuando la marcha de la sal alcanzó su destino, se estima que más de 50.000 indios se encontraban a las espaldas de Mahatma Gandhi, quien lideraba la manifestación. El evento desató protestas a lo largo del país, las cuales sólo empeoraron cuando el líder fue encarcelado nuevamente. El gobierno británico acordó liberar a Gandhi —junto a otros miles de presos políticos— y eliminar ciertas leyes de segregación en 1933. Tras estos sucesos, Gandhi emprendió un viaje por las zonas más empobrecidas de la India.
Mahatma Gandhi de regreso
De acuerdo con sus propios escritos, los viajes de Mahatma Gandhi por la India lo llevaron a entender la necesidad de que su país se independizara. Aunque ya era un enorme líder político y espiritual cuando partió, esta nueva travesía lo llevó a alcanzar enormes niveles de popularidad frente al pueblo indio. En 1942, cuando el dominio británico tambaleaba durante la Segunda Guerra Mundial, el Congreso Nacional Indio y los ciudadanos solicitaron a Gandhi convertirse en el líder del movimiento independentista.
Fiel a las costumbres de su líder, la ola de protestas independentistas dirigida por Mahatma Gandhi eran absolutamente pacíficas. Winston Churchill, primer ministro de Inglaterra durante la época, se negaba a renunciar al control del territorio. Aunque el gobierno británico arrestó nuevamente a Gandhi, las protestas pacíficas habían empezado a despertar la simpatía de los sectores menos conservadores en Inglaterra. Después de ser liberado en 1944, Gandhi se reunió con líderes políticos ingleses que apostaban por la liberación de la India.
Después de que el Partido Conservador perdiera las elecciones de 1945 en Inglaterra, el Partido Laborista empezó las negociaciones con el Congreso para acordar la independencia de la India. Sin embargo, Mahatma Gandhi quedó devastado al enterarse de que su sueño de un país unificado no sería posible. Debido a las diferencias ideológicas entre hindúes y musulmanes, las negociaciones determinaron que el territorio quedaría separado en dos países independientes: la India y Pakistán.
Lo malo de ser bueno
Las disputas territoriales encendieron nuevos enfrentamientos entre hindúes y musulmanes a lo largo de la India, incluso después de que la independencia se hiciera efectiva en 1947. Durante los próximos meses, Mahatma Gandhi buscaría la reconciliación mediante reuniones con ambos bandos y huelgas de hambre que deterioraron severamente su salud. Por su parte, los hindúes más extremistas veían las negociaciones de Gandhi como una traición a su religión.
El 30 de enero de 1948, Mahatma Gandhi fue asesinado por el extremista hindú Nathuram Godse, quien estaba en contra de sus encuentros con los musulmanes. Godse le disparó tres veces con una pistola semiautomática mientras el líder espiritual se dirigía a una oración colectiva. En la posteridad, el compromiso de Gandhi con la paz sirvió como motivación para importantes protestas no violentas a lo largo del siglo XX. Entre las figuras inspiradas por su lucha se encuentran Martin Luther King y Nelson Mandela.
No puedes perderte unas de las mejores reflexiones de Mahatma Gandhi. ¡Atento!:
Otras biografías recomendadas:
- Vida de Henry David Thoreau
- Biografía corta de Rosa Parks
- Historia de madre Teresa de Calcuta
- Biografía de Barack Obama