Cuando de literatura latinoamericana se trata, nombrar a Mario Benedetti (1920-2009) es obligatorio. Autor de múltiples obras que van desde la poesía hasta los ensayos políticos, este escritor fue reconocido como uno de los máximos representantes de la generación del 45. Igualmente, las producciones literarias de este uruguayo poseen un valor invaluable, y siguen estando presentes entre los lectores aun después de su muerte. Si te interesa conocer más sobre su vida, no dejes de leer esta biografía de Mario Benedetti.
Biografía de Mario Benedetti resumen
Índice
- Nacimiento con rasgos italianos
- La adolescencia complicada de Mario Benedetti
- Inicios como escritor
- Una narrativa tranquila en los años 50
- Mario Benedetti y la Generación del 45
- Una ideología que le costó el exilio
- Mario Benedetti de vuelta a Uruguay
- Géneros más destacados
- La tregua de Mario Benedetti
- Una historia de frustración
- El exilio en sus obras
- Mario Benedetti como poeta
- Adaptaciones cinematográficas del autor
- Premios otorgados a Mario Benedetti
- Últimos años de vida
Nacimiento con rasgos italianos
El matrimonio conformado por Brenno Benedetti y Matilde Farrugia ya se había acostumbrado a la ciudad uruguaya de Paso de los Toros; sin embargo, sus costumbres italianas seguían presentes en todo momento. Por esta razón, cuando les tocó vivir la llegada del primogénito de la familia, el 14 de septiembre del 1920, decidieron colocarle 5 nombres provenientes de sus mismos parientes. El pequeño quedó, entonces, como Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia.
La familia residió en la mencionada localidad que, cabe destacar, se encuentra ubicada en Tacuarembó durante los dos primeros años de vida del pequeño. Posteriormente se trasladaron a la principal ciudad del departamento ya nombrado, es decir, Tacuarembó. La idea fue de Brenno Benedetti, pues se trataba de un negocio que prometía darles una mejor calidad de vida en el campo que él desempeñaba: química farmacéutica.
No obstante, las cosas tomaron un rumbo inesperado y la familia fue estafada, por lo que la estadía en esa ciudad solo duró unos dos años. Cuando Mario Benedetti tenía 4 años experimentó, nuevamente, una mudanza; pero esta vez a la capital de Uruguay: Montevideo. Durante un tiempo después, Benedetti solo recibió educación desde su casa, pero cuando alcanzó la edad de 8 años sus padres decidieron inscribirlo en el Colegio Alemán de Montevideo, un instituto privado que gozaba de gran prestigio.
Sin embargo, los costos del mencionado centro educativo se hicieron difíciles —por no decir imposible— de costear para los padres del pequeño Mario y de su hermano Raúl. Por esta razón, el retiro fue la única opción que encontraron, pero pronto consiguieron la oportunidad de que los Benedetti continuaran sus estudios en el liceo Miranda. Poco tiempo después pudo entrar a la Escuela Raumsólica de Logosofía.
La adolescencia complicada de Mario Benedetti
Sin embargo, su estadía en estos centros educativos duraron poco, pues los problemas económicos de la familia Benedetti iban aumentando cada vez más. En el año 1933, Mario se retiró y continuó educándose por su cuenta, pero pronto debió dejar de hacerlo para ponerse a trabajar. Fue así como en el año 1935 Benedetti tuvo que enfocarse, con tan solo 15 años de edad, en la búsqueda del sustento de su familia.
La empresa que contrató al pequeño tenía por nombre Will L. Smith, S.A, y vendía autopartes y repuestos para automóviles. En esta compañía sus oficios fueron sumamente variados; pasó un tiempo atendiendo la caja, otro tanto mostrando la mercancía a los clientes y también fue taquígrafo. Finalmente, ocupó un puesto que era bien remunerado y agradable: el de contable.
Sin embargo, y mientras seguía trabajando en la empresa Will L. Smith, S.A, fue contactado por el líder de uno de los institutos donde había cursado estudios, la Escuela Raumsólica de Logosofía. Una de las razones por las que Benedetti fue elegido para ser el secretario acompañante que representaría al centro educativo, fue que sus padres también formaron parte del mismo.
Esto sucedió en el año 1936, y el destino que el líder de la escuela había elegido era Buenos Aires. Al igual que en su anterior trabajo, Mario Benedetti debió desempeñar diversas funciones, pero por supuesto estar en contacto con los estudios y las letras le resultaba mucho más agradable que con carros y repuestos.
Dentro de los oficios que Mario Benedetti hizo de la mano de la Escuela Raumsólica de Logosofía se encontró uno que le dio al autor el indicio que necesitaba en la vida: la lectura de versos de Baldomero Fernández Moreno, un poeta y médico argentino. Gracias a lo que parecía una simple responsabilidad de sus labores como secretario, fue que Benedetti se dio cuenta que la poesía era el camino que quería seguir.
Inicios como escritor
A pesar de que Mario Benedetti se encontraba muy contento con su trabajo, llegó el momento de regresar a su sitio de residencia, es decir, Montevideo. Al terminar su contratación como secretario de la Escuela Raumsólica de Logosofía, en 1941 buscó otro empleo y encontró uno de funcionario público en la Contaduría General de la Nación. Este trabajo lo alternaba con la que sería su entrada al mundo de las letras: la dirección de la revista especializada en literatura Marginalia.
Aun así, el inicio de su carrera es recordada de mejor manera gracias a su participación en el semanario Marcha, la cual comenzó en el año 1945 y duró hasta que fue clausurada en el año 1974 por el entonces presidente Juan María Bordaberry. Este medio de comunicación se enfocaba en la difusión de ideas de tinte izquierdista, pensamientos con los que Benedetti simpatizaba.
Fue en estas publicaciones que el escritor dio a conocer sus dotes como periodista, aunque sin dejar a un lado, claro está, su estilo literario. Debemos destacar, además, que en este semanario Benedetti estuvo trabajando con figuras importantes del ámbito intelectual, literario y político uruguayo del momento. Algunos de los nombres más importantes que podemos mencionar son: Eduardo Galeano, Alfredo Zitarrosa, Ángel Rama, Daniel Viglietti y de Juan Carlos Onetti.
Ya con un poco más de práctica en la escritura de poemas, Mario Benedetti se atrevió a publicar por primera vez un libro de poemas en el año 1945, el cual llevó como nombre La víspera indeleble. Tres años después publicó varios volúmenes en un solo ensayo titulado Peripecia y novelas, donde incluye algunos aspectos sociales de Uruguay y, por supuesto, un sin número de recursos literarios.
Una narrativa tranquila en los años 50
Después de haberse dado a conocer en la literatura uruguaya, ya las obras de Mario Benedetti comenzaron a ser leídas en otras partes de Latinoamérica. Si bien su cercanía era con el público de su natal Uruguay (quienes podían leer sus escritos en el semanario Marcha), los demás adeptos a la literatura ya podían encontrar sus creaciones en algunas librerías.
Poco tiempo después, ya Mario Benedetti no era un escritor más, sino que comenzó a ser reconocido en todo el mundo gracias a la acelerada venta de sus libros, que se dividen entre poemas y novelas. No obstante, en los años 50 su narrativa fue muy tranquila, y con esto nos referimos al estilo adoptado por el escritor. Además, precisamente a inicios de esta época comenzó sus funciones como miembro de la junta de redacción de la revista Número, dedicada, claro está, a la literatura.
Debido a que Benedetti también estaba participando activamente en el movimiento nombrado como el Tratado Militar con los Estados Unidos, sus creaciones literarias fueron un poco más cortas durante este tiempo. Además, el escritor también alternaba su tiempo dando clases de literatura mientras seguía con la dirección de las ya mencionadas revistas de literatura.
La primera compilación de cuentos de Mario Benedetti llevó por nombre Esta mañana, y en ella el autor da a conocer de manera más rotunda cuál sería el estilo de todas las obras que vendrían a continuación. Un lenguaje sencillo que facilita la lectura, y los exquisitos recursos literarias con los que el uruguayo enlaza cada uno de los cuentos son las características principales de esta producción literaria.
Como era de esperarse, el éxito de esta creación le concedió un premio del Ministerio de Instrucción Pública de Uruguay. Poco tiempo después, en 1953, publica otra narrativa corta y sencilla titulada Ustedes, por ejemplo, que también fue de gran agrado para el público y para la crítica.
Mario Benedetti y la Generación del 45
Al hablar de Mario Benedetti no podemos dejar a un lado —por ningún motivo— su incursión en la Generación del 45. Este «movimiento» estuvo conformado por diversos representantes del escenario cultural de Uruguay, y aunque en su mayoría fueron escritores, también se incluyeron algunos músicos y pintores.
La idea de este fenómeno realmente no fue planificada, sino que surgió de la unión de diversos intelectuales y talentosos de diversas áreas que comenzaron sus apariciones públicas desde el año 1945 hasta el 1950. Pero las influencias de cada uno de los miembros de la Generación del 45 no se limitaban al ámbito cultural, sino que también tuvieron sus incursiones en la parte social y política de Uruguay.
Mario Benedetti, claro está, fue uno de los máximos representantes de este fenómeno cultural, pues sus obras eran unas de las más reconocidas del momento. Él, en compañía de otros intelectuales y escritores, se reunían de vez en cuando para compartir y estimular el crecimiento de la cultura en Montevideo. No obstante, la función principal de Benedetti —y de todos los demás miembros— estaba enfocada en crear, simplemente, nuevas y cada vez mejores formas de hacer poesía.
De la misma manera, Benedetti habría afirmado que el campo cultural de Montevideo estaba obsoleto, y los poetas que precedieron solo hablaban de la belleza y el romanticismo sin mencionar a la ciudad. Por su parte, todos los artistas de la Generación del 45 tienen a Montevideo como protagonista de sus obras, o al menos como una parte importante dentro sus narraciones.
Una ideología que le costó el exilio
Otra de las cosas que resaltó en Mario Benedetti fue su ideología política. Desde su adolescencia, y al estar en contacto directo con los menos privilegiados de la sociedad, el uruguayo comenzó a desarrollar un pensamiento izquierdista que lo acompañaría por siempre.
Una de sus simpatías más notorias las tuvo con el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, una organización de tinte radicalmente socialista que tuvo gran connotación dentro de la sociedad uruguaya. Sin embargo, Benedetti, junto a otros tantos izquierdistas, decidieron crear una coalición legalmente política, y de ahí nació el Movimiento de Independientes 26 de marzo.
Poco tiempo después, este partido político pasó a formar parte del Frente Amplio, la mayor representación de la izquierda uruguaya. Esto sucedió de 1971 a 1973, y en esta primera fecha el autor publicó Crónicas del 71, donde recopiló una serie de escritos publicados en el semanario Marcha. A partir de ahí, los ojos del gobierno de Uruguay se centraron en Benedetti, y lo comenzaron a ver como una piedra en el camino.
Poco después ocurrió el Golpe de Estado de Uruguay en el año 1973, donde Benedetti se vio acorralado y tuvo que optar, finalmente, por abandonar su país rumbo a Buenos Aires, Argentina. Sin embargo, su estadía no duró mucho, y debió partir a Perú. El escenario se volvió cada vez más oscuro para el autor, pues en estas tierras fue detenido, deportado y luego pasado a un proceso de amnistía.
A través de él pudo pedir ayuda a Cuba, quien lo recibió con los brazos abiertos debido a que era uno de los principales simpatizantes de la ideología de la isla. Esto ocurrió en el año 1976, y durante este tiempo se desempeñó como miembro del Consejo de Dirección de Casa de las Américas, una institución dedicada a la difusión de cultura en La Habana. Sin duda, fueron años sumamente duros para el escritor, y sus marcas se vieron reflejadas en obras que comentaremos más adelante.
Mario Benedetti de vuelta a Uruguay
Después de más de 10 años sin pisar su natal Uruguay, Mario Benedetti regresa, finalmente, en el año 1985. A esta época el poeta la denominó como el «desexilio», donde se reencontró con sus seres queridos y siguió expresando en voz alta —y sin miedo—, su ideología en público. No obstante, la dictadura había hecho estragos con algunos de sus principales medios para difundir ideas.
El principal era, por supuesto, el semanario Marcha, que fue sacado de circulación en el año 1974, mientras él se encontraba en el exilio. Aun así, los pensamientos izquierdistas del escritor continuaban retumbando dentro de su cabeza, por lo que se comunicó con los responsables de Brecha, otro semanario de tinte socialista.
Ellos, al enterarse de que Benedetti estaba de nuevo en suelo uruguayo, decidieron nombrarlo como director de la publicación. Esto, sin duda, representó el regreso a la palestra pública del escritor, quien tuvo que pasar muchos años fuera de su país natal. Es importante destacar en este punto que, en todo este tiempo, Benedetti estuvo separado de su esposa Luz López Alegre, con quien estaba casado desde el 23 de marzo de 1946.
Aunque la pareja estaba acostumbrada a pasar tiempo viajando, el exilio fue un duro golpe para la relación que llevaban en armonía y privacidad. Durante este tiempo, Luz estuvo a cargo del cuidado de su madre y de su suegra, y su matrimonio con Mario Benedetti pudo superar con éxito la adversidad tan dura que representó el exilio.
Géneros más destacados
Pues bien, ahora es momento de mencionar los géneros más destacados de Mario Benedetti. Seguramente has leído algunas de estas obras, o al menos has escuchado sobre ellas; aquí desglosaremos algunos de los aspectos más relevantes de las creaciones literarias del escritor. Al mismo tiempo, sabrás cuáles son las características que hicieron que el reconocimiento del uruguayo creciera cada vez más.
Aunque Benedetti trató de cultivar la versatilidad en cada uno de sus textos, no podemos negar que la poesía es, sin duda, el tinte más marcado dentro de ellos. Sin embargo, ellos también tienen un lenguaje particular que refleja la capacidad del escritor para hacer creaciones literarias amenas y, sobre todo, muy sencillas.
Una de ellas es Poemas de oficina del año 1956, donde el escritor agrega el existencialismo de la mano de la cotidianidad para crear versos donde muchas personas se ven identificadas. Se trata de una serie de poemas que narran vivencias comunes, pero a las que el uruguayo agregó amor y también belleza léxica, teniendo como resultado una mezcla realmente placentera para leer.
Por su parte, el realismo estuvo presente en los Cuentos Montevideanos presentados al público en el 1960. Aquí se encuentra marcado el argumento de Benedetti sobre hacer de Montevideo la ciudad protagonista de los relatos. Poco tiempo después, en ese mismo año, el autor hizo una dura crítica social en El país de la cola de paja, donde demuestra su descontento con ciertas políticas aplicadas en su país.
En el año 1970 Mario Benedetti comenzó una nueva novela que sería publicada un año después, cuyo nombre es El cumpleaños de Juan Ángel. En esta obra literaria el autor agrega acontecimientos políticos de su natal Uruguay y, al mismo tiempo, sumó un aspecto realmente particular: está totalmente escrita en versos. Esto, sin duda, afirmó una vez más que la genialidad de Benedetti apenas comenzaba.
De esta manera podemos decir que Mario Benedetti abordaba los géneros literarios de forma muy personal, incluyendo en cada una de sus obras rasgos políticos o, al menos, algún tema social. Esto sin dejar a un lado, claro está, la sutileza y el exquisito dominio del lenguaje que poseía el escritor.
La tregua de Mario Benedetti
Aunque todas las creaciones literarias de Mario Benedetti calaron de muy buena manera dentro del público, no podemos negar que existen unas que sobresalieron más que otras. De éstas hablaremos, precisamente, en este apartado de la biografía de Mario Benedetti.
La primera de ellas es La tregua, cuya narrativa cuenta la historia de un hombre mayor que se enamora de su secretaria. Sin embargo, no se trata de una historia con una temática comercial, como suele serlo este asunto de las diferencias de edades. La tregua va más allá; en ella se encuentran diversos aspectos sociales propios de Montevideo, así como también se conjuga una serie de sentimientos que todos los seres humanos experimentan en algún momento de sus vidas.
Entre ellos podemos destacar, quizá, la soledad a la que se enfrentan aquellas personas que pierden a sus parejas, y que sus hijos los comienzan a ver como un objeto más que adorna el hogar. Este es el argumento principal de esta novela, donde Benedetti cuenta cómo un hombre de 50 años —próximo a la jubilación—, siente que su vida va en picada.
La redacción de La tregua está estructurada como en un diario y narrada en primera persona por Martín Santomé, el protagonista. Diversos críticos literarios han demostrado su admiración por esta novela contemporánea, en la que Mario Benedetti agrupa todas sus destrezas y creatividad de manera sencillamente sublime.
Una historia de frustración
Por su parte, otra de las novelas que le sumaron preponderancia a la figura de Mario Benedetti dentro de la literatura latinoamericana es Gracias por el fuego, publicada en el año 1965. En esta obra el escritor narra de manera ingeniosa y creativa (aunque sombría) la frustración de un hijo que siente un profundo desprecio por su padre. La imposibilidad del protagonista de lograr lo que la sociedad considera que debió hacer en un tiempo determinado es el principal detonante de su odio.
No obstante, este panorama se ve acentuado por los constantes argumentos de su padre, quien no deja de admirarse a sí mismo para deshonrar a su hijo. Dentro de su cabeza, Ramón Budiño planea distintos escenarios para terminar de una vez por todas con la presión que siente, pero su debilidad no lo deja llevarlos a cabo. De esta manera, Benedetti refleja el sentir de esa parte de la población que no está a gusto con sus creencias, con sus profesiones y, en general, con su vida.
El tinte dramático de Gracias por el fuego fue una nueva faceta que el escritor experimentaba, donde la tragedia es la protagonista y no el amor, como sucedió con La tregua. No obstante a sus diferencias, cada una de estas novelas llevan consigo elementos narrativos y literarios que representan una verdadera cátedra para los escritores en potencia, y un verdadero placer para los lectores por hobbie.
El exilio en sus obras
Si bien La tregua y Gracias por el fuego son consideradas las obras maestras de Mario Benedetti, no podemos dejar de hacer un repaso por otras de sus producciones literarias que agradaron al público. Comencemos, entonces, con Primavera con una esquina rota, donde el uruguayo incluyó aspectos del exilio y de la dictadura que vivió su país natal. Este texto fue publicado en el año 1982, y trató de ser un retrato de lo que vivieron los habitantes de Uruguay y los que estaban en el exilio.
Sin embargo, el punto del exilio que estuvo presente en esta obra estaba precedido por La casa y el ladrillo, un libro publicado en el año 1977. En esta narración, Benedetti estaba experimentando las consecuencias del exilio, y por lo mismo agregó mucha sensibilidad a las líneas que conforman esta creación literaria. Además, en ella también resalta el papel de los países que reciben a los exiliados, y el trato que éstos dan a quienes llegan pisados por el odio.
En este sentido, el fenómeno del exilio que marcó a la tierra de Benedetti tuvo una repercusión dentro de sus letras. Por esta razón, otra de las obras del autor que tiene a este argumento como protagonista es Vientos del exilio, que fue presentada al público en el año 1982. No obstante, este libro también recurre a la esperanza que sienten todos los exiliados de regresar a sus raíces sin miedo.
Por último, otras de las producciones literarias de Mario Benedetti que reflejan las vivencias del escritor durante la dura época del exilio son Geografías, en el año 1984, y Las soledades de Babel, en el 1991. El primero de estos libros está conformado por una serie de cuentos y otros tantos poemas, pero, a diferencia de las otras obras, aquí se encuentra un sentido más amplio del exilio.
Con esto nos referimos a que el autor no se enfocó solo en la parte política de este fenómeno, sino que también tomó en cuenta un sentido más personal de todos aquellos que viven esta experiencia. En ambas obras, no obstante, incluye relatos que hablan sobre lo intactos que quedan los sueños y los anhelos aun cuando las atrocidades siguen siendo la orden del día en el país de origen. El retorno es, sin duda, la principal querencia de Mario Benedetti en estos libros.
Mario Benedetti como poeta
La trayectoria de Mario Benedetti, como ya hemos mencionado, es bastante rica en manifestaciones literarias. Su paso por la poesía también dejó una marca indeleble dentro de Latinoamérica, y sus obras son consideradas unas de las más influyentes para los escritores que vinieron después. De hecho, los textos poéticos de Benedetti son mayores en cantidad, si los comparamos con sus novelas o ensayos.
La mayoría de ellos se publicaron bajo una estructura compilatoria; es decir, el autor reunió varios poemas y los publicó con determinados nombres en formatos de libros. Cada vez que Mario sacaba al público una nueva obra poética, todos los críticos del escenario literario centraban su atención en estudiar las estructuras y los componentes de la poesía del uruguayo, y quedaban simplemente extasiados de lo bien que se enlazaban los recursos literarios.
Después de su primera incursión poética titulada La víspera indeleble en 1945 —y de la que ya hicimos referencia—, escribir poemas se convirtió en la actividad preferida del escritor. Algunos de los más destacados son: Inventario uno en 1963, A ras de sueño en 1967, Poemas de otros en 1974, Antología poética en 1984 y, escritas durante el exilio, Despistes y franquezas en 1989 y Las soledades de Babel en 1991.
Por su parte, El olvido está lleno de memoria es otra de las poesías más reconocidas a nivel mundial del autor, y que fue publicada en 1995. A ésta se le suman otras dos que también habitan en la memoria pública: El amor, las mujeres y la vida del 1995 y Corazón coraza y otros poemas, publicado dos años después.
Ambos son libros compilatorios, siendo el primero de ellos uno de los más completos del escritor, donde aborda temas relacionados principalmente a las mujeres y al amor, dejando a un lado un poco el tinte político que venía incluyendo. Corazón coraza, por su parte, es el poema principal del segundo texto mencionado, y en él se narra la imposibilidad de tener un amor, aunque éste se encuentre muy cerca.
Sin duda, la obra poética de Mario Benedetti constituye una de sus más grandes participaciones dentro del espectro literario. A eso se le suma, de igual manera, los recitales que el autor realizó en diversas ocasiones, y en los que demostró que la poesía era su gran amor. De hecho, Benedetti fue reconocido en muchas partes del mundo por leer en voz alta sus poesías, y desde ahí mucha gente se interesó en conocer más sobre sus obras.
Adaptaciones cinematográficas del autor
Como era de esperarse, el valor de las obras de Mario Benedetti llamaron poderosamente la atención de la industria del cine, y fueron varios los productores que se interesaron en llevar los libros a la gran pantalla. A diferencia de otros escritores que suelen ser más cautelosos con las adaptaciones de sus textos, Benedetti siempre se mostró muy abierto a este contenido audiovisual.
En este sentido (y no es ninguna sorpresa), la primera adaptación cinematográfica que se realizó a un texto del autor fue La tregua, en el año 1974. La producción de esta película estuvo a cargo de Sergio Renán y contó con el talento de los actores Héctor Alterio, Luis Brandoni, Ana María Picchio y Marilina Ross. Benedetti estuvo complacido con esta versión de su más famosa novela, y el público la recibió de la misma manera.
Gracias por el fuego es otro libro que goza de su propia película, la cual fue presentada en el año 1985. Al igual que La tregua, el director de esta adaptación fue Sergio Renán, quien tenía una marcada simpatía con los textos escritos por Benedetti. Víctor Laplace, Lautaro Murúa, Graciela Dufau, Dora Baret y Bárbara Mújica son algunos de los actores que hacen vida dentro de esta producción cinematográfica.
Si bien es cierto que El lado oscuro del corazón, una película estrenada en 1992 y dirigida por Eliseo Subiela, no trata de la historia completa de algunas de las obras de Benedetti, los poemas de este escritor sí fueron materia prima para su creación. Este film de tinte romántico también agrega la poesía de otros destacados escritores como Oliverio Girondo y Juan Gelman. El argumento principal de este audiovisual trata sobre un poeta en la búsqueda de una mujer que pueda «volar».
Sandra Ballesteros, Nacha Guevara, Dario Grandinetti y André Melancon son los protagonistas de este largometraje que robó más de un suspiro a la audiencia, y también unas cuantas risas al agregar un poco de comedia. El mismo director de esta película, Eliseo Subiela, recurre nuevamente a los argumentos planteados por Benedetti en sus libros y crea Despabílate amor, estrenada en el año 1996.
En este largometraje de nuevo figura Dario Grandinetti como protagonista, y el argumento se basa en un periodista que se reencuentra con su mejor amigo de la infancia. Sin embargo, ocurre una sorpresa: se entera de que un viejo amor ahora es la esposa de su antiguo compañero.
En el año 2003, nuevamente La tregua vuelve a estar en una producción audiovisual, siendo ésta la segunda versión de la famosa novela. En esta ocasión Alfonso Rosas Priego fue el encargado de la dirección, mientras que el protagonismo lo tuvieron Adriana Fonseca como Laura Avellaneda y Gonzalo Vega como Martín Santomé. Además, el público también disfrutó de las actuaciones de Rodrigo Vidal, Maite Embil y Arath de la Torre.
Premios otorgados a Mario Benedetti
Como uno de los mayores representantes de la literatura latinoamericana, Mario Benedetti recibió numerosos galardones en reconocimiento por sus aportes. Entre ellos podemos destacar el premio Llama de Oro en el año 1987, el cual es perteneciente a amnistía Internacional. En el 1996 recibió un Morosoli de Plata otorgado por la fundación Lolita Rubial ubicada en su natal Uruguay.
Un año después, en 1997, Benedetti se hizo acreedor de un premio León Felipe desde España, debido a los valores cívicos que había mantenido durante toda su carrera. Sin embargo, su mayor homenaje llegó en el 1999 con el VII premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en cuyo discurso indicaba que la poesía latinoamericana sigue buscando su identidad.
Con la llegada del siglo XXI, Benedetti continuó recibiendo homenajes por el legado que ya había sembrado en el mundo de las letras. En el año 2000 le fue otorgado un premio Son Latinos, un año después fue el ganador del premio Iberoamericano José Martí. Poco tiempo después, en el 2004, recibió el premio Etnosur, en el 2006 obtuvo nuevamente un premio de la fundación Lolita Rubial, pero esta vez fue un Morosoli de Oro.
En cuanto al ámbito político e ideológico, Benedetti nunca renunció a su simpatía por la izquierda y el socialismo. Por esta razón, el 18 de diciembre del 2007 recibió la condecoración Francisco de Miranda por parte del gobierno de Venezuela. Este reconocimiento es uno de los más destacados, y el país sudamericano se lo otorgó a Benedetti por su «valioso aporte al crecimiento de la educación y al progreso de los pueblos».
Sumado a estos importantes reconocimientos, Benedetti también obtuvo unos cuantos Honoris causa de al menos 4 universidades alrededor del mundo. Esto afirma que la presencia del uruguayo dentro de la educación es esencial para la literatura. Por supuesto, los homenajes de Mario no faltaron, y tuvo alrededor de 10 de ellos durante toda su carrera.
Últimos años de vida
Aunque siguió escribiendo hasta en sus últimos años de vida, después de la muerte de Luz, su esposa, en el año 2006, Benedetti llevó una rutina bastante tranquila. Antes de este suceso, no obstante, el autor tuvo presentaciones importantes en otras latitudes, dentro de las cuales podemos mencionar el estreno de un documental en la ciudad de Roma, Italia. Éste llevó por nombre Mario Benedetti y otras sorpresas, y estuvo financiado por la embajada de Uruguay en el mencionado país europeo.
Luego, en el 2005, Benedetti presentó al público un nuevo poemario llamado Adioses y bienvenidas, que tuvo una gran recepción por parte del público. Todo marchaba bien en las ocupaciones de Mario, y su estadía la alternaba entre sus casas de España y Uruguay.
Al quedar en venta su hogar en Madrid, Benedetti debió recurrir a la donación de gran parte de sus libros, tanto de su autoría como de otros escritores, a la Universidad de Alicante. En ella existe una división llamada Centro de Estudios Iberoamericanos Mario Benedetti, por lo que su decisión no fue más que acertada.
En el 2007 la salud de Benedetti comenzó a deteriorarse, y los ataques de asma eran cada vez más recurrentes. Una vez que se instaló en su casa en el centro de Montevideo y evitó el frío de España, el escritor experimentó ciertas mejoras; sin embargo, sus cuidados tuvieron que multiplicarse. Para el año 2009 esta condición se agudizó más, y tuvo que recurrir un par de veces a centros médicos.
Finalmente, el 17 de mayo del 2009, a los 88 años, Mario Benedetti murió en su casa de Montevideo, cuando eran un poco más de las 4 de la tarde. El gobierno uruguayo dispuso el Palacio Legislativo como el lugar para llevar a cabo su funeral, en donde asistieron cientos de civiles y otros tantos amigos del escritor, afirmando una vez más su popularidad. Su restos reposan en el Cementerio Central de Montevideo, específicamente en el Panteón Nacional.
Sin duda alguna, la trayectoria de Mario Benedetti en el mundo de las letras dejó un legado que parece difícil de borrar. La conjugación de poesía y romanticismo relatados en historias que pueden pasar en la vida real, hacen de sus obras un disfrute total. Y a ti, ¿cuál de sus textos te gusta más?
Si todavía no te has leído alguno, te invitamos a escuchar una breve recopilación de sus mejores poemas:
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